Las Santas mujeres y la "resurrección" de Jesús.

Hoy es Domingo de Resurrección, y en él (como en casi todo) también hay una historia de mujeres ocultas.

Es bien sabido que en la primera comunidad cristiana creada por Jesús de Nazaret, considera hermanos a todos aquellos que se mantienen dentro de la familia de Dios y siguen la voluntad del Padre, sin tener en cuenta la sangre, la condición social o el sexo. Por ello las mujeres eran bien recibidas, así lo cuentan los evangelios. Los nombres de Marta y María, Juana, Susana, María de Magdalá, María la madre de Santiago y Joset o Salomé, aparecen rodeando a Cristo en su predicar y no son meras figurantes. 

Fueron ellas, las mujeres, quienes acompañaron a Jesús durante todo el Misterio. 

• Estuvieron presentes en su crucifixión.
• Fueron las que lo limpiaron e hicieron honores a su cuerpo sin vida.
• Lo velaron y le dieron sepultura.

En estos últimos y decisivos momentos de su historia, Jesús de Nazaret, estuvo acompañado por mujeres. ¿Dónde estaban los 12 hombres que más protagonismo tienen en las escrituras? Es bien sabido que uno de ellos lo vendió por 12 monedas, que otro - aquel del que se dice que fue su favorito - lo negó tres veces, pero lo cierto y verdad es que todos estaban muertos de miedo. Todos habían huido por miedo a correr su misma suerte que el maestro.

Jesús descendiendo de la Cruz, de Pedro de Campaña. 1547

Es por eso que solo ellas fueron testigos del final de la historia. Sabían lo ocurrido y serían las que revelarían la verdad sobre Jesús de Nazaret a los (ahora) 11 discípulos. Ellos aceptarían la resurrección como verdadera después de la narración de las Santas mujeres, como ultimo acto de fé.

Ahí es donde está la Madre del Cordero (y nunca mejor dicho), puesto que lo importante de la resurrección no es su sentido literal (físicamente improbable), sino su sentido metafórico, su dimensión metafísica. 

Las Marías que estuvieron alrededor de Jesús, resucitaron su espíritu y propagaron la verdadera creencia en las palabras de Salvador. Le otorgaron la fiabilidad y la divinidad de la que hubiera carecido de haber muerto en la cruz y ya. 

Reunieron de nuevo a la comunidad de Cristo (temerosa y escondida) para insuflar el ánimo de seguir expandiendo la palabra del reino de Dios y hacer crecer la cristiandad como forma piadosa de vida.

Ellas (no ellos), fueron las primeras en predicar el reino de Dios. Fueron ellas las que hicieron que el "final" de la historia de Jesús de Nazaret, se convirtiese en el principio de una nueva historia de redención para la humanidad.

Post basado en el ensayo "Sacerdotas: la mujer en las diferentes liturgias y religiones" de Yolanda Alba.