Ayer se apagó la voz más importante del feminismo histórico en Cuenca: Teresa Marín Eced.
Hoy hay en redes un kilo de artículos - que parecen siempre el mismo - donde se dan los datos académicos, el curriculum y las hazañas institucionales de Teresa, una persona relevante a quien el/la periodista de turno no tuvo el gusto de conocer. Nosotras si, por eso hoy le he dedicado mi día, he estado con ella muchas horas, oyéndola, recordándola y generando este homenaje virtual calentito y sororo, como creo que a ella le hubiera gustado.
La última vez que hablé con Teresa fue en una de las reuniones que las Ateneas hacíamos los jueves en la Biblioteca, justo unos meses antes del confinamiento por COVID19. Me estuvo contando que la habían llamado para participar en una publicación colectiva sobre mujeres poetas de la posguerra española, ella iba a arrojar luz sobre la figura de Acacia Uceta, intelectual de la época, muy ligada a Cuenca. Ese día hablamos bastante y le dejé un libro - que espero la haya bien acompañado en algún momento en estos últimos tiempos -
Esta mañana al enterarme de su fallecimiento empecé a trabajar para recopilar esos ratos que unen nuestro andar. La primera vez que oí hablar de ella, fue a mis compañeras de programa de radio La Hora Violeta. Erica Saludes (coordinadora y maestra de ceremonias de este bonito proyecto radiofónico, que a tantas mujeres hermosas unió) nos contó encantada por audio de whatsapp, que había logrado que Teresa accediese a participar en nuestro programa.
En esa época estábamos haciendo un barrido por lo que pasaba en cuestión de feminismo en España y en el mundo desde los años 50 hasta la actualidad. Teresa Marín se unió como colaboradora, en el programa dedicado a los años 70 y estuvo con nosotras hasta el final de temporada.
Todas las semanas Erica se tomaba un café con esta gran mujer y ella le contaba que había acontecido en su vida durante esa década. Al ser Teresa una mujer de más de 80 años, cuya vida laboral había estado ligada a los estudios feministas, era genial contar con ella, era como hacer un taller de memoria histórica. Teresa era una historia viviente. (si sigues leyendo este post encontrarás sus intervenciones para oirlas todas a golpe de click).
Hoy, como la ocasión lo merecía, he aprendido a utilizar (rudamente) un programa de edición de sonido. He recopilado en un sólo archivo todas sus intervenciones en La hora violeta para generar la narración de su autobiografía, generando un nuevo documento inédito hasta hoy: la biografía de Teresa Marín Eced, narrada por ella misma.
Ayer el feminismo conquense se quedó huérfano de madre.
Esperamos estar a la altura del legado que nos dejaste y hacer que tu nombre no se pierda en el olvido. De momento, desde aquí me comprometo a que en un breve periodo de tiempo habrá una entrada con tu nombre en wikipedia. Una de esas entradas que da gusto ver, de completas que son, en la que voy a contar todo lo que tu nos contaste para dar más violeta a nuestro programa de radio.
Las grandes personas no mueren nunca, quedan sus actos para quienes los quieran tomar como ejemplo.
DEP, Teresa.
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