ANA MENDIOLA MARUGAN: "Somos pocos, pero aquí estamos"

 

Ana Mendiola en su huerta de Ribatajada

 Ana Mendiola estudió Ciencias Ambientales, es de Getafe, de familia madrileña y padres funcionarios. Antes de acabar en Ribatajada (Cuenca, 79 habitantes) en 2014, estuvo en Reino Unido trabajando en proyectos de sostenibilidad con empresas, en huertas escolares, hizo un Máster de Desarrollo Rural en Zaragoza, volvió a Escocia y trabajó en community farms (granjas comunitarias), hasta que decidió, junto con su pareja, que era el momento de regresar a España. A partir de ahí comienzan a buscar cesión de tierras, para montar un negocio de producción agroecológica en el medio rural cercano a Madrid, conscientes de que el mayor número de habitantes de la meseta central está radicado ahí y por tanto hay más posibilidad de ventas, y porque además tendrían el círculo social de Ana como apoyo necesario para comenzar. Lo primero que hicieron fue ponerse en contacto con las redes que ella ya conocía (por ejemplo, la Red TERRAE, que tiene un banco de tierras) y preguntar en los grupos de acción local... Vieron varios sitios y un día 

 "un chaval, Augusto, que vive aquí en el pueblo, contactó con nosotros: que se había enterado por el grupo de acción local de que estábamos buscando un pueblo que nos cediera tierras... Vinimos, nos dieron una bienvenida buenísima porque aquí hay bastante comunidad, entre cierto grupo de personas, no todos... Pues... Boni, el que me cede los terrenos, Pepe que ayuda en todo, Juanjo el que acaba de pasar con el tractor... Hay un grupo de gente muy maja que nos ofrecieron ayuda si necesitáramos: pues pasarme el tractor, ayudarme a sacar las patatas, se han roto las acequias pues vamos a arreglarlas entre todos... Y por eso, además de que las huertas cumplían todos los parámetros que a mí me interesaban (accesibilidad, agua gratuita, las dimensiones de las huertas que necesitaba que fueran media hectárea como poco), encima fue el plus de contar con ayuda de esta gente, entonces pues decidimos al instante que nos veníamos".

 

 En Ribatajada hay muchas huertas abandonadas y propietarixs dispuestxs a cederlas. Lo que faltan son manos que puedan y quieran trabajarlas. Y, lo que a priori podría parecer sorprendente, también casas para vivir. O no las quieren alquilar, o las venden por precios desorbitados. Por diversas razones, este problema se da, en realidad, en muchos pueblos de nuestra geografía: es muy difícil encontrar vivienda en el medio rural, lo que resulta frustrante cuando vemos cómo los pueblos se van vaciando. Es paradójico: mucha gente que quiere ir a vivir al medio rural no puede porque no encuentra casa, mientras que en los pueblos hay muchas casas vacías y otras tantas hundiéndose. ¿Qué se podría hacer al respecto? 

 


Ana, finalmente encontró vivienda por el boca a boca, gracias a la mediación de Augusto y de su madre. Ahora están buscando un terreno para hacerse una casa. Pero tampoco es fácil. Han estado pendientes de uno que tiene trazas de no llegar a ningún lado: no se ponen de acuerdo en la familia propietaria porque están enemistadxs... Vivir en en el pueblo es uno de los requisitos que se les pide para la cesión de las tierras... "Es como la pescadilla que se muerde la cola". ¿Tal vez los propietarixs de algunas zonas rurales de España deberían pensar si es el momento para anteponer el beneficio colectivo del pueblo a los intereses y desconfianzas particulares? ¿Que tal vez la casa del pueblo a la que van una vez al año podría suponer una familia más y la supervivencia de la escuela? ¿Estaría bien que mediase alguna institución pública?

A Ana es un tema que le preocupa. "Hablándolo con gente de movimientos sociales de por aquí, lo hablamos que tenemos que hacer algo, una base de datos o algo. Villalba de la Sierra, tía, en pandemia no sabes la de gente que fue allí a preguntar por viviendas. Y el alcalde no ha hecho na, y están perdiendo un montón de población por no ponerse las pilas con ese tema." 

Me pregunto por qué es un tema en que les cuesta tanto a los ayuntamientos poner medidas. Hasta en pueblos que conozco donde ha gobernado o gobierna la izquierda con candidaturas vecinales cercanas a Podemos, ha dado miedo afrontarlo. ¿Qué cuerdas sensibles toca? Tal vez no haya que esperar a que las instituciones actúen y haya que organizarse, como están pensando ellxs. 

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Ana Mendiola pasando la motoazada. Foto de su archivo personal.

 Ana cultiva media hectárea de tierra y distribuye la verdura que produce a un grupo de compra de Getafe y barrios del sur de Madrid y a un grupo de consumo de Cuenca capital. La huerta les da para un salario (de mil euros) y medio, así que tienen que complementar con otros trabajos: su pareja trabaja a veces para una pequeña empresa de multiaventura en Villalba de la Sierra con la que gana el extra para llegar a dos sueldos. Como él tiene también una conservera artesanal, es ella la que se encarga de toda la planificación, de la comunicación con los grupos de consumo y de hacer las cestas; él hace la distribución del producto y apoya en huerta (ahora al 50%, antes era ella la que trabajaba más). Ambxs están dadxs de alta como Autónomos, sistema que resalta injusto por lo caro que sale para las empresas más pequeñas y por la falta de derechos laborales. Se pueden sostener "porque los gastos fijos son menores, porque no puedes gastar dinero, no hay ninguna tienda... El alquiler, yo pago 275€ por la casa, que es muy económico... La leña la puedes ir a coger al bosque si te organizas con gente, en los bosques comunales cuando se marcan y todo legal...". Además, 

"La visión era autogestionarnos lo máximo posible lo que íbamos a consumir. Cierto es que yo empecé con mucha fuerza, lo quería hacer todo, quería gastar el mínimo de lo mínimo, y al cabo  de los años te das cuenta de que no puedes hacer todo porque estás cansada, y vas soltando lastre porque no quieres caer en depresión. [...] Porque, por otro lado, vengo de Getafe con mis ideas de lo que es ser feliz, y yo necesito vacaciones, necesito mi ocio, y es que es así, porque, si no, me marchito cual flor. Necesito echarle gasoil a mi furgoneta para irme por ahí... Osea pues ahí estás haciendo equilibrismos entre vivo en un mundo ultracapitalista y aporto... pues sí, y formo parte de él también. Lo único, que intento participar lo menos posible dentro de yo ser feliz, que es para mí lo importante, porque como yo deje de estar bien (que ya he estado ahí), lo voy a dejar todo y eso tampoco quiero."   

Foto personal de Ana Mendiola

 Cuando ella llegó a Ribatajada antes de los treinta, dice que era más idealista, que quería formar parte de ese movimiento de gente joven que se iba a los pueblos y luchaba por una manera de producir el alimento sostenible y respetuosa con el medio, sana para la gente que lo consume, y justa económicamente para lxs agricultorxs. Pero reconoce que ahora es más pesimista: en estos años ha visto cerrar casi todos los proyectos agroecológicos que conocía en el entorno de Cuenca y, además, "los jóvenes no se van a venir al medio rural, cada vez hay más gente viviendo en Madrid, el medio rural sigue perdiendo población, las instituciones que nos gobiernan no tienen ningún interés en que esto se reactive porque los intereses económicos son los contrarios. ¿Qué les interesa? Un medio rural vacío para extraer los recursos: toma macrogranja, toma cementerio nuclear... Claro, la estrategia es buena y ellos lo hacen muy bien." 

Ella intenta nutrirse de los pocos proyectos que siguen vivos: "bueno, somos pocos pero estamos aquí, y generamos nuestras redes de apoyo mutuo porque no nos queda otra." Esta semana han convocado una jornada de trabajo colectivo y comida para ir a por estiércol: lo que sería un trabajo durísimo solo para ellxs, se transforma también en celebración, porque se echan unas cervezas y hacen una comida. Otras veces son ellxs quienes van a ayudar a hacer una pared o lo que sea. Todos los viernes y sábados tienen cena comunal entre la gente del "grupillo", que rondan las 15-20 personas. "Ojalá se ampliara pero es verdad que en los pueblos de alrededor no hay gente joven, y si la hay, son muy cerrados, muy de derechas."

Jornada de apoyo en las huertas de Ana. Foto de su archivo personal

Ana está muy a gusto en Ribatajada. Tiene la sensación ahora de que va a seguir por aquí más tiempo, aunque no quiere decir para siempre. Lo que tiene claro es que no podría volver a vivir en una ciudad grande, ya no se ve "insertada en un sistema normal, con un jefe, con un horario, tres semanas de vacaciones al año [...] Te acostumbras a no escuchar ruidos por la noche, es sanador, no sé si son las frecuencias que escuchamos, los colores que vemos... Yo no lo cambiaría... Me gustaría que este tipo de iniciativas fueran más para delante por el apoyo de la gente más que nada, porque las pequeñas explotaciones no tenemos acceso a las ayudas públicas al campo, ni los políticos hacen nada para que  estos proyectos salgan adelante, que es, sobre todo, lo que nos falta. Pero yo no quiero dejarlo, yo tengo una calidad de vida superior a la de la gente que conozco."

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Huerta El campichuelo. Foto de Ana Mendiola

El apoyo de la gente. Esto nos concierne a todas porque hay mucho en juego. Es momento de tomar conciencia de si queremos realmente entregar nuestro dinero a los ricos accionistas de las multinacionales agroalimentarias, que explotan a sus trabajadorxs y, con sus métodos de agricultura y ganadería intensiva, están acabando con los bosques, contaminando nuestro territorio y el planeta, y dañando gravemente la salud de animales y personas. ¿Cuáles son exactamente las razones por las que no compramos nuestra comida directamente a lxs pequeñxs productores locales si hay medios, como los grupos de consumo, que nos lo permiten? Ellxs cuidan de nuestra tierra y nuestro entorno, nuestro apoyo les ayuda a cobrar salarios dignos, y, más allá, contribuye a fijar puestos de trabajo en nuestros pueblos. Eso es riqueza y desarrollo económico y social para el territorio y además redunda en el beneficio común. Pequeños cambios de consumo hacen parte de grandes cambios socioeconómicos y contribuyen a un mejor reparto de la riqueza. ¿No os parece que la diferencia es enorme?

Si vivís o pasáis a menudo por Cuenca capital, tened en cuenta que os podéis apuntar al grupo de consumo local al que suministran Ana y otrxs productorxs de la provincia: PISTO ECOLÓGICO. En el enlace podéis consultar más datos sobre ellxs y su funcionamiento. También podéis ver la huerta de Ana y conocer más a fondo su proyecto aquí




 

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