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En el mes de junio, el Pleno del Congreso de los Diputados ratificó el convenio 189 de la Organización del Trabajo (OIT) que amplía los derechos de las empleadas del hogar, como la protección por desempleo, entre otros. Esto ha sido propuesto porque el actual Gobierno, durante el confinamiento por el virus de la COVID-19, puso en marcha un subsidio extraordinario que cobraron cerca de 45.000 trabajadoras del hogar; una cifra ridícula en comparación con el número real. Parece que tuvo que llegar un virus para remover a nuestros políticos.
Tras meses de trabajo y reuniones, se obró el milagro: el pasado 6 de septiembre, se aprobó el Real Decreto-ley 16/2022, que reconoce el derecho a paro de las empleadas de hogar.
Esto se traduce en que estas profesionales, al igual que los demás trabajadores y trabajadoras en general, podrán disfrutar de condiciones de empleo equitativas y condiciones de trabajo decentes, así como percibir el salario mínimo interprofesional (SMI), limitando los pagos en especie, algo que ya se está aplicando y vigilando para su cumplimiento. Gracias a esta nueva ley, podrán acceder a las prestaciones por desempleo en los niveles contributivo y asistencial.
Debo ser una rara, pero a mi me escandalizaba que a estas alturas de la vida - siendo un país donde está instaurado un Sistema de Bienestar de calidad, con un complejo Código legal sobre trabajo amparado en los derechos fundamentales que descansan en la Constitución - un colectivo tan amplio y necesario aún no tuviese derechos laborales equitativos. Llamadme feminazi si creo que este colectivo ha estado siempre olvidado y golpeado por la precariedad y la pobreza justo por ser un colectivo femenizado.
Analizando datos, vemos que en Castilla-La Mancha, solo el 2,8% de las empleadas de hogar están afiliadas a la Seguridad Social, en comparación con el 26,94 % de Madrid, el 15 % de Cataluña y casi el 11 % de Andalucía; datos muy bajos para la realidad laboral en la que se encuentran las trabajadoras.
Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE, se afirma que casi una de cada tres trabajadoras no está dada de alta.
Otros datos recogidos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, correspondientes al pasado mes de agosto, señalan que en este sistema especial hay 373.121 personas a las que el Real Decreto-ley recién aprobado por el Consejo de ministros, reconoce el derecho a la prestación por desempleo, igualándose así al resto de trabajadores.
El perfil de la empleada del hogar en Castilla-La Mancha representa a un tercio de las trabajadoras de origen extranjero y el 69% es mayor de 45 años. Por eso, el sindicato de CCOO Castilla-La Mancha recalca que esta reforma era necesaria para que se corrija esta situación de discriminación por razón de sexo y raza, que sufren las trabajadoras empleadas de hogar. Esta extensión de prestaciones de desempleo mejorará la protección social de las casi 11.000 trabajadoras dadas de alta en este sector e impulsará la formalización de las 5.500 trabajadoras, según las estimaciones del sindicato, que se encuentran en economía sumergida y que cobran en sin declarar.
A finales de 2021 había un total de 10.887 personas afiliadas al Sistema Especial de Empleadas de Hogar, de las cuales el 97 % son mujeres y el 33 % de ellas son extranjeras. Los porcentajes se acentúan más en provincias como Toledo (95 %) y en Cuenca (98 %).
Si analizamos la situación interprovincial de mujeres extranjeras, encontramos que Ciudad Real tiene la tasa más baja (18 %), seguida por Albacete (21 %), Toledo (41 %), Cuenca (46 %) y Guadalajara (58 %).
A pesar de que los sindicatos y las propias trabajadoras celebran la aprobación de esta ley, cabe destacar que el 80% de quienes se dedican a estas tareas, no están dadas de alta en la Seguridad Social. Esto se traduce en que nunca podrán acceder a ningún tipo de derecho derivado de su trabajo. Desde los sindicatos se exige que se articule alguna medida a través de inspecciones de trabajo para poder mejorar esta situación.
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Aunque este avance ha sido un logro y ahora las mujeres trabajadoras podrán tener paro, no se nos puede olvidar que aún no se les ha reconocido un derecho básico como es el de acceder a una pensión digna.
La Asociación de Mujeres Empleadas de Hogar y Cuidados (SEDOAC) tiene una sensación agridulce, ya que el Convenio 189 de la OIT no ha recogido todas sus reivindicaciones. Lamentablemente, aún hay trabajadoras de hogar con un régimen especial, y algo incluso más grave es la situación de la trabajadora en régimen de interna y la esclavitud que eso supone.
Para poner broche final, tenemos que celebrar, que por fin las empleadas de hogar dejan ser el único colectivo laboral que no tenía protección en situación de desempleo. Desde que se aprobó el Real Decreto-ley, si se les contratan por tiempo parcial o determinado, o sus empleadores fallecen repentinamente (algo que pasa habitualmente cuando su dedicación es por cuidados asistenciales a tercera edad), podrán acceder a la prestación por desempleo.
Estamos contentas, un pequeño paso más conseguido por las mujeres luchadoras para mejorar nuestras condiciones de vida. Con este Real Decreto un gran grupo de mujeres han conseguido derechos laborales que llevaban reclamando desde hace décadas.
*Datos sacados del Instituto Nacional de Estadística (INE)
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