Durante milenios las sociedades humanas han funcionado buscando el equilibrio entre dos lógicas contrarias:
- El poder natural de la atracción entre sexos y el apareamiento libre.
- El sistema matrimonial de control de las relaciones sexuales, que expulsa el sexo de lo socialmente aceptado fuera del matrimonio- al menos para las mujeres casadas, ya que las culturas han tenido mucha más mano izquierda para juzgar los deslices masculinos -.
Pinturas rupestres de Monfragüe, representación de comunidades. Datadas entre 7.000 a.C y 2.500 a.C. imagen recogida de aquí |
- PATRIMONIO. Viene del latín patrimonium, que significa bienes que poseen los padres
- MATRIMONIO. Del latín matrimonium con la misma raíz que mater, significa literalmente "condición legal de madre". De este modo matrimonio define la condición de madre legítima de los hijos de un hombre.
Chica rica se enamora de chico pobre. Imagen recogida de aquí |
El matrimonio como forma legal-religiosa.
A partir del siglo XI-XII, el matrimonio fue convertido en institución de la Iglesia, mediante celebraciones religiosas e imposiciones sobre la única forma de unión moral y socialmente aprobada. Al convertir el matrimonio en santo, se amplían la dimensión del mismo haciéndolo indisoluble "lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre". Las mujeres que carecían de marido solían estar destinadas a la pobreza, dejándolas como única opción la prostitución y la marginalización, a no ser que se entregaran al servicio de Dios.
El matrimonio se refleja en los códigos legales-religiosos como el contrato entre dos hombres (futuro marido y el progenitor de la novia), de manera que los tratados legales no reconocen en ningún caso la libertad de las mujeres en los actos contractuales. El varón tendrá siempre la patria potestad sobre su mujer y sus hijos, sin que la mujer tenga mucha posibilidad de decisión en nada que tenga que ver con su propia vida. Esto en nuestro país ha sido así hasta la muerte de Franco.
"Antes del matrimonio" pintura de Boris Zhuralyov recogida de aquí |
El gran dato de la visión de la mujer como un objeto de la propiedad del hombre (padre o marido) está en la forma de legislar las violaciones: en caso de violación, el violador debía pagar al padre de la mujer violada una cantidad de dinero, para compensar el daño causado a la familia. Esta es la lógica mercantil de la compensación al propietario por un destrozo de la mercancía de su propiedad. Quien ha provocado el destrozo, debe pagar una compensación al propietario (el padre) y debe quedarse con el objeto estropeado (la joven), ignorando los sentires y la experiencia de la mujer.
Este hecho no deja de ser curioso, si repasamos que en caso de adulterio, la mujer - nunca antes dotada de capacidades de libre albedrío, ni de capacidad de raciocinio propia ante la ley - de repente se convierte en un sujeto frío y calculador. Culpable al mismo tiempo de su pecado de carne y de incitar a ello a su pobre y desvalido compañero, con malas artes. En el Código Penal español de 1944 - ¡en pleno siglo XX! - todavía se describía el adulterio como el cometido por mujer casada y excusaba del delito de homicidio al marido que descubría que su mujer le había sido infiel.
Durante mucho tiempo la atracción entre cónyuges no se consideraba necesaria (a veces, si existía, se consideraba de forma negativa). En el s. XIX Montaigne decía “que un buen matrimonio, si es que existe, rechaza la compañía y las condiciones del amor”
El refranero popular español deja dicho: “ante belleza o dinero, elige siempre lo postrero” o “Matrimonios por amores causan muchos sinsabores”.
En ciertas culturas, el matrimonio de los futuros cónyuges se planea antes incluso de su nacimiento.
¿Algún paso intermedio entre la matrilinealidad libre de la ginecocracia y los matrimonios patriarcales?
El matrimonio puede verse no como un contrato que mercantiliza las uniones de las personas para garantizar la transmisión de los bienes patrimoniales, sino como un contrato que tiene como objeto asegurar la continuidad de los linajes familiares, como un culto no escrito a los ancestros y la supervivencia y prosperidad de la casta.
Según la historiadora y escritora castellanomanchega Ángela Vallvey Arévalo.
"En Grecia el que permanece célibe, comete un delito contra los ancestros y contra la sociedad al permanecer solo, renunciando a perpetuar su sangre. Es sabido, y así lo afirma Platón, que los casamientos deben hacerse entre los 30 y los 35 años que es un crimen negarse a tomar una mujer, el que se cuida de ello pagará una multa anual, para que no imagine que el celibato es estado cómodo y ventajoso"
Es una forma menos oscura de ver el nacimiento de esta institución y que libera de maldad los actos de los varones. Me gusta creer que hombres y mujeres estuvieron de acuerdo en la institución del matrimonio como forma de unión en la que los dos obtenían beneficios y honraban a sus respectivas familias dotándolas de historia y linealidad. Desde esa concepción, cada pequeño cambio se habrá ido dando creyéndolo beneficioso para todos, y solo hoy, gracias a la perspectiva de género con que leemos la historia somos capaces de valorar los daños que ello ha supuesto para las mujeres a lo largo de la historia.
Como siempre, acabamos con musiquita. Te dejamos una nueva lista del perfil de Spotify de Escuela de Ateneas. Un paisaje sonoro creado para entradas como ésta al que hemos llamado Enamoradas empoderadas, porque el amor romántico ya no nos encorseta ni nos maltrata y algunas hacen de trovadoras del bien querer.
Bibliografía.
- Teología feminista en la historia. Teresa Forcades I Villa, Fragmenta editorial. 2011 (p. 24).
- La masculinización del modelo femenino. PDF
- La oscura cuestión masculina. Hombres y padres. Giuddita Lo Russo.
- Gustar y emocionar: ensayo sobre la sociedad de seducción. Gilles Lipovetsky. 2011.
- La cuestión etimológica de las palabras matrimonio y patrimonio, pueden ser consultadas con mayor precisión aquí.
- La creación del patriarcado, Gerda Lerner. Katakrak (2021)
Comentarios
Publicar un comentario
Los comentarios enriquecen el contenido de esta revista. Te agradecemos tu participación