Mientras la guerra en Ucrania sigue su curso, en Rusia una asociación llamada Consejo de Madres y Esposas formada, como su nombre dice, por mujeres que tienen hijos o maridos obligados a combatir en el ejército ruso, exigen a su Gobierno que negocie la paz con Ucrania, que renuncien al uso de armas nucleares, que retiren a los reclutas de la región de Belgorod e investiguen los casos de reclutamiento ilegal y envío de reclutas a la zona de guerra.
Con el convencimiento de que “ya es tarde para tener miedo”- grito que utilizan en sus activismos - algunas mujeres están saliendo del anonimato. Por ejemplo, una de las fundadoras, Olga Tsukanova, para decir que el "Consejo" es un movimiento social sin jefes, al que cualquier mujer puede unirse. O Anastasia Chelicherkina, una maestra de escuela que anima a las mujeres a no dejarse intimidar por las autoridades y plantarles cara. Viktoriya Sannikova, madre de un recluta, que ha recurrido a la Oficina del Presidente, el Ministerio de Defensa, la Fiscalía Militar, el Comisionado para la Protección de los Derechos Humanos y los diputados de la Duma Estatal.
Según las madres de soldados enviados a la región de Belgorod, envían reclutas sin entrenamiento, que no saben manejar las armas. En San Petersburgo, las madres permanecieron de pie en el frío glacial durante varias horas mientras que los comisarios huyeron sin darles una respuesta. Po el contrario, el general Serdiukov trató de intimidarlas con amenazas: "Si seguís gritando, dispararán a vuestros hijos".
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