Lenore E. Walker (1942) es educadora, escritora, psicóloga y activista feminista. Esta norteamericana lleva más de cuarenta años investigando sobre la existencia de un ciclo de violencia hacia las mujeres. En su obra «The Battered Woman» escrita en 1979, recoge lo que ella misma denomina El ciclo de la violencia. Este ciclo hace referencia al proceso de violencia de género que viven las víctimas respecto a su maltratador. Más adelante dedicaré un artículo para contar la trayectoria de vida de Lenore.
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Primera fase: fase de acumulación o de construcción de tensión.
Se produciría un episodio abusivo consistente en actos de violencia menor y abuso verbal (menosprecios, ira contenida, insultos, sarcasmos, demandas irracionales, manipulación, etc.) ligado a conflictos cotidianos (economía familiar, hijas e hijos, momentos personales, etc.). El agresor niega estos sucesos e invalida el reclamo de su víctima. La mujer tiene o cree tener un cierto control sobre estos incidentes y trata de evitar el incremento de la violencia de su maltratador: intenta calmarlo, evita hacer lo que cree que le pueda molestar, siente culpabilidad… es decir, todo lo que evite el enfado y aumente la violencia. Al tiempo, sus sentimientos de confusión y angustia aparecen. Esto provoca un alejamiento hacia el maltratador, a lo que este responde con un aumento de control y provocación.
Segunda fase: la fase de agresión o descarga de tensión.
Aumenta la intensidad de la violencia psicológica y empieza la violencia física y sexual (insultos, pegar, lanzamiento de objetos, peleas, rechazo a la pareja, silencio permanente, escenas en público, etc.). El maltratador descarga su agresividad, sintiendo así alivio. La mujer se concentra en sobrevivir y complacer, tranquiliza al maltratador siendo servicial y amable, incluso teniendo relaciones sexuales. Puede haber insinuaciones de que, si no cesan los malos tratos, podría abandonarlo.
Tercera fase: la fase de arrepentimiento, conciliación o «luna de miel».
Momento de «calma» con demandas de perdón, escenas de arrepentimiento por parte del maltratador, promesas de buscar ayuda, negativas de violencia y comentarios de «no volverá a suceder». La mujer tratará de creer esos propósitos de corrección e intentará que la relación funcione. Si ella le abandona, él podría ser capaz de prometer o hacer cualquier cosa para que esto no suceda y para conseguir que ella regrese.
Si sucede un primer ciclo de violencia, la probabilidad de nuevos episodios aumenta, y ahora serán desencadenados por detonantes más insignificantes y con mayor intensidad. En muchas ocasiones, la última fase tiende a desaparecer. Así, con el paso del tiempo, el ciclo se va cerrando: El maltratador es más severo y frecuente, y la víctima va perdiendo recursos psicológicos para salir de la situación, lo cual la hace más indefensa. Cuanto más tiempo se mantenga esta situación, la relación se vuelve más abusiva y con mayor probabilidad de que las consecuencias psicológicas se cronifiquen y, en consecuencia, que el pronóstico sea menos alentador para su recuperación.
Es muy frecuente que las mujeres maltratadas no perciban que están dentro de este ciclo, negando y minimizando la violencia y llegando a considerarlos «acontecimientos aislados». Además, se alimenta una creencia de que deben potenciar con su conducta los aspectos positivos de la actitud de su cónyuge. Esto tiene como consecuencia que ellas mismas se hacen responsables de la violencia que están padeciendo, incluida la violencia a sus hijas e hijos. Por esto, cuando los intentos de la mujer de controlar la violencia fracasan, aparecen sentimientos de culpa y de baja autoestima.
Según la experta, las víctimas no delatan a su maltratador abiertamente por temor a represalias o a que la situación vivida empeore, sobre todo por temas económicos o crianza de hijas e hijos.
Para romper el círculo de violencia, es imprescindible y necesario que la víctima sea consciente de su situación. A partir de ese reconocimiento, podrá empezar a recibir ayuda emocional y profesional.
Recordamos el teléfono 016: servicio telefónico gratuito y disponible las 24 horas del día. Ofrece información general, legal y de atención psicológica inmediata para las víctimas de violencia de género. Está adaptado para personas con discapacidad visual y auditiva.
Toda información es confidencial y no deja huella en la factura del teléfono, aunque queda registrado en el registro de llamadas, por lo que deberá borrarse. Está disponible en 53 idiomas por teléfono y 16 idiomas por correo electrónico y WhatsApp.
El correo electrónico es: 016-online@igualdad.gob.es y el número de WhatsApp es 600 000 016.
Gracias por compartir esta informacion; es sintesis la cronicidad de la violencia hace que la mujer permanezca en una relacion violenta.
ResponderEliminarEs importante visibilizar los fases y porqué suceden y se repiten ciertos comportamientos. Gracias tí, estimado lector o estimada lectora.
ResponderEliminarBuenas tardes,Jorge es mi nombre.es posible que este ciclo tambien le puede suceder al hombre.
ResponderEliminarBuenos días Jorge. La violencia no tiene género, puede darse también de mujeres hacia hombres, de hombres hacia hombres y mujeres hacia mujeres.
EliminarHola. Para Jorge y Escuela de Ateneas. Creo que estáis confundiendo términos y sino es así estáis confundiendo contextos. Aquí se habla de violencia machista. Con vuestro comentario dais a entender que ese tipo violencia es ejercida por ambos géneros, lo que difumina y enmascara la de tipo machista. Es un comentario mas de forocoxes que de este tipo de blogs.
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