Imposiciรณn de la clausura en los monasterios femeninos: LAS FREILAS DE LA ORDEN MILITAR DE SANTIAGO

Segรบn la RAE, el tรฉrmino “freile” o “freire” se aplica a caballero profeso de una orden militar. Los caballeros de las รณrdenes militares podรญan estar casados y por tanto la propia Orden se responsabiliza de la protecciรณn y el cuidado de las mujeres y demรกs familiares femeninas de los freiles. Es este hecho el que abre la presencia de mujeres en la Orden Militar de Santiago. 

La Regla primitiva de 1171 contempla la integraciรณn de mujeres relacionadas por lazos de parentesco con los freiles- una excepciรณn dentro del รกmbito religioso de la mujer medieval-. Poco tenรญa que ver esta apertura con la voluntad de abrir un espacio de espiritualidad para ellas. Se trataba, mรกs bien, de dar acogida a esposas e hijas mientras los caballeros estaban en la guerra.

Existรญan varias tipologรญas de habitantes en los conventos femeninos de la Orden de Santiago:
  • Freilas casadas o freilas seculares, junto con sus hijas menores de 15 aรฑos. Residรญan de manera temporal y no estaban vinculadas a ningรบn monasterio concreto, habรญan tomado los hรกbitos y acatado la Regla. Con estas niรฑas se ejercรญa una importante labor educativa.
  • Viudas de freiles, hubieran tomado los votos o no, siempre dispusieron de la posibilidad de vivir temporalmente en los monasterios.
  • Freilas conventuales que habitaban los monasterios de manera permanente y estaban vinculadas a un convento concreto.
  • Mujeres sin votos casadas con freiles, lo cual las facultaba para residir en los monasterios en las mismas condiciones que las demรกs.
Grupo de monjas y novicias en el claustro. San Juan de la Penitencia (Toledo, 1934). Fotografรญa recogida del Archivo de la imagen de Castilla-La Mancha


Las mujeres se regรญan por la misma Regla que los freires: voto de pobreza, castidad conyugal, de obediencia, pero no tenรญan un voto de clausura. La castidad conyugal implicaba la abstinencia en determinados periodos. Los freiles no casados debรญan mantener la castidad y los malos tratos a las mujeres estaban tipificados como un delito muy grave. 

El Monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos fue el modelo femenino a seguir para otros conventos que se crearon posteriormente. Sometidas a la autoridad del maestre de la Orden, este monasterio tuvo que soportar injerencias que afectaron tanto a bienes y rentas como al nombramiento de comendadora a lo largo de los aรฑos, seรฑal evidente de la marginalidad de los espacios santiaguistas femeninos dentro de su propia instituciรณn.

La reducciรณn de la actividad bรฉlica en la penรญnsula trastocรณ los cimientos de las รณrdenes militares. Los freiles van abandonando el ideal militar de la lucha contra el infiel y van relajando las obligaciones religiosas, las costumbres y los usos austeros. Esto llevรณ a un proceso de aristocratizaciรณn de los miembros laicos y la regulaciรณn de clรฉrigos bajo la Regla de San Agustรญn.

A partir de las Cortes de Castilla de 1480, la Corona terminarรก por absorber una parte importante del poder eclesiรกstico, asumiendo la administraciรณn de todas las รณrdenes militares hispanas en 1493, asociรกndose a la Corona de forma perpetua con Carlos I en 1523. Esto pone en jaque la situaciรณn de las mujeres santiaguistas, que no pueden ser integradas en el mundo de los caballeros, ni tampoco en el de los clรฉrigos. Todas ellas quedan en un espacio indefinido que las convierte en vulnerables.

La soluciรณn que se adopta por parte de la autoridad maestral a la situacion de las freilas es la progresiva imposiciรณn de la clausura espacial y personal en todos los conventos femeninos, y tambiรฉn obligar a la castidad perpetua en lugar de conyugal.
Los libros de visitas de la Orden manifiestan cรณmo desde mediados del siglo XV los edificios monรกsticos femeninos van cerrรกndose al exterior - como se expresa en el Monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos donde ordenaron poner rejas al coro, cerrar ventanas y agujeros que salรญan de las cรกmaras de las religiosas
al campo -. La clausura personal consistiรณ en no permitir la salida de freilas del monasterio, ni la entrada al mismo de personas ajenas a la comunidad.

Estas medidas no fueron bien recibidas por las freilas ya que no se ajustaban a su Regla (sancionada por Roma en 1175) y por tanto, su modo de vida no podรญa ser reformado por una decisiรณn maestral (Capรญtulo General de Ocaรฑa de 1480). Los monasterios  que opusieron resistencia sufrieron represalias - como el cese de la comendadora de Santa Eufemia de Cozuelos y nombramiento por parte del maestre de una nueva comendadora partidaria del encerramiento del monasterio (el propio nombramiento contravenรญa la Regla, puesto que debรญa ser nombrada por las freilas) - Este fenรณmeno de limitaciรณn jurรญdica, social, polรญtica y econรณmica de las mujeres se dio, en general, en toda Europa Occidental durante la baja Edad Media. Asรญ, la obligaciรณn de las freilas santiaguistas de vivir en clausura monรกstica no fue sino una expresiรณn mรกs del retroceso de libertad que sufrieron las mujeres en el bajo medievo.

El programa sistemรกtico de reforma de los monasterios femeninos y de imposiciรณn de clausura puesto en marcha por el Estado, muestra que las mujeres y las comunidades de mujeres fueron definidas como grupos objeto de un control prioritario. En momentos de fortalecimiento del Estado, รฉste recogiรณ las funciones de control sobre el cuerpo y la vida de las mujeres con dureza y con instrumentos de control muy eficaces.

Pintura de Juan Zabalo del Concilio de Trento. 



Imposiciones y resistencias a partir del Concilio de Trento. 
El Concilio de Trento (celebrado entre 1545 y 1563) tuvo un impacto radical sobre el mundo religioso femenino. Firmando la imposiciรณn rigurosa de la observancia de la clausura. La historia patriarcal no ha descrito el impacto que sobre muchas comunidades conventuales, que no tenรญan la clausura en sus estatutos, tuvo dicho mandato. A partir de 1563 la observancia rigurosa de la clausura se convertirรญa en la pieza mรกs importante de la reforma. Pensada por las jerarquรญas eclesiรกsticas masculinas, para religiosas y conventos femeninos. La implantaciรณn y observancia de la clausura serรญa la prioridad para los visitadores (encargados de la vigilancia en el cumplimiento de la norma). Las fuentes demuestran que encontraron resistencias en muchas comunidades donde no se observaba la clausura de manera estricta. 

La clausura no fue solamente espacial tambiรฉn en lo personal y en la praxis que se irรญa precisando en decenas de escritos que iban mรกs allรก de la prohibiciรณn de salir. El rigor en la implantaciรณn de la clausura tuvo que ver con impedir a las mujeres cualquier intervenciรณn de perfil ministerial en el mundo religioso, privรกndolas asรญ de posible ascendencia social vinculada a lo sagrado. Trento insistiรณ en el monopolio de los hombres para la administraciรณn de los sacramentos.

La imposiciรณn del rigor claustral encontrรณ frentes de oposiciรณn y resistencia abierta. Es conocido el desafรญo de algunos conventos en Zamora, la resistencia de las terciarias de la Provincia Franciscana de Cantabria; tambiรฉn hay noticias de desplantes y oposiciรณn en otros conventos de la diรณcesis de Salamanca, Leรณn y
Galicia, la gran resistencia de las monjas de Casbas, generan mucho revuelo en 1568 de los alborotos protagonizados por las monjas de Cazalla de la Sierra.

Un siglo despuรฉs del concilio y en vista de la disparidad de actitudes ante las nuevas reglas para el monacato femenino, Felipe IV iniciรณ una ofensiva: urgiรณ al Papa Alejandro VII a emitir una Constituciรณn que pusiera fin al problema, firmรณ el
documento en 1665 dictando pena de excomuniรณn y privaciรณn de oficios a quien contraviniera la norma, pero ni el Consejo, ni la jerarquรญa eclesiรกstica pusieron mucho empeรฑo en el cumplimiento. La realidad cotidiana impuso la transigencia y la necesidad de revisar las normas. El estado de pobreza en que vivรญan muchos conventos no permitรญa el cumplimiento de la clausura en sentido estricto.

Como hemos visto la imposiciรณn de la clausura en las ordenes militares se produce a finales del s. XV, el convento del Sancti Spiriti de Salamanca, perteneciente a la Orden de Santiago, es un ejemplo de una larga historia de resistencia al encierro. En 1600, con Felipe III, se les ordenรณ que guardaran la clausura, las religiosas rechazaron la reforma, acudieron al Consejo y protestaron ante escribano. Su
argumento era que no se les podรญa obligar a nada que no estuviera contenido en las reglas que habรญan profesado. El Consejo dejรณ pasar el asunto y se paralizรณ.

En 1621, el Consejo enviaba provisiones para que dos novicias del Sancti Spiriti, que iban a profesar, lo hicieran conforme a los decretos tridentinos. Asรญ se aniquilaba el argumento de la resistencia, pero las novicias se negaron a profesar en esas condiciones. Las religiosas defendieron su regla, la rectitud de su comportamiento y su forma de vida honesta; el asunto llevรณ a debate entre juristas y teรณlogos, Felipe IV dictaminรณ que, mientras se decidรญa, las novicias profesaran segรบn sus costumbres.
Las polรญticas de clausura no pudieron imponerse con el rigor con el que se formulaba, presentando una faceta de fracaso que generaba disgusto entre los sectores mรกs rรญgidos.

Imagen recogida de aquรญ



Empoderamiento en los conventos
El control masculino sobre las directrices de gobierno de los claustros femeninos y las religiosas constituรญa el orden establecido institucionalmente, pero no monopolizรณ la vida real, puesto que las religiosas actuaron frente a esta realidad pretendida trabajando en la defensa de cotas de autonomรญa.
Esta convicciรณn que palpitaba en ellas, formรณ parte de una acciรณn polรญtica femenina que se desplegรณ en variedad de formas y momentos, de forma abierta o encubierta, expresa o implรญcitamente.

A travรฉs de la lectura de "Las grietas de la clausura tridentina. Polรฉmicas y limitaciones de las polรญticas de encerramiento de las monjas" de รngela Atienza Lรณpez he podido conocer valiosos ejemplos del empoderamiento de las religiosas en los conventos:
La carmelita descalza Ana de Jesรบs, en una carta que remitรญa a su compaรฑera Marรญa de San Jerรณnimo, (Ana de Jesรบs. Escritos y documentos) defendรญa la autoridad y la competencia de las prioras en el rรฉgimen interior de sus conventos, frente a los prelados. Incidรญa en la individualidad, y se referรญa a la competencia para ver y saber las necesidades materiales, pero tambiรฉn espirituales y emocionales de cada una de las monjas. En su declaraciรณn estaba implรญcita una percepciรณn diferente de la realidad por parte de ellas y de ellos, una manera de ver diferenciada - donde las autoridades masculinas veรญan una comunidad de mujeres que debรญan estar dedicadas a la oraciรณn y a la contemplaciรณn en exclusiva, ellas veรญan mucho mรกs, veรญan y distinguรญan a mujeres vivas y diversas, y mantenรญan un enfoque que no las fosilizaba en un determinado ideal-. Los argumentos expuestos sostenรญan la conveniencia de la gestiรณn propia de sus conventos, sin necesidad de plegarse a las injerencias de las autoridades masculinas ya que no respondรญan a las aspiraciones femeninas y sus monjas. Pero no sรณlo actuaron con argumentos, tambiรฉn lo hicieron por la vรญa de los hechos, tomando decisiones y llevรกndolas adelante.

Marรญa de San Josรฉ (1548-1603) defendรญa el derecho de las mujeres a escribir su propia historia argumentando tambiรฉn un “saber” mรกs competente para ello.
"Una de las expresiones mรกs relevantes de esta agencia religiosa femenina inspirada e impulsada por las consideraciones que venimos apuntando es la que se plasmรณ en lo que podemos considerar escritos de gobierno, trabajos con una entidad y una orientaciรณn mรกs polรญtica, instrucciones, avisos, orientaciones y consejos en esta materia que ellas mismas elaboraron y fueron comunicando... hay que contemplarla como otra de las iniciativas poderosas de desafรญo a las conocidas prohibiciones paulinas que obligaban a las mujeres al silencio y las condenaba a la exclusiรณn en el uso y magisterio de la palabra." 
รngela Atienza Lรณpez

Atienza hace mencion a otras escritoras relevantes para el tema como la Instrucciรณn de religiosas con tรญtulo de recreaciรณn espiritual compuesta en dos diรกlogos que escribiรณ Feliciana de San Josรฉ (1564-1652), profesa en el convento de San Josรฉ de Zaragoza, un texto que acabรณ en 1604. Elige para su escrito la forma literaria de la conversaciรณn, en รฉl se muestra a las religiosas hablando, no calladas, ni silenciadas. Se muestran autosuficientes para orientarse entre sรญ y para alcanzar la perfecciรณn como esposas de Cristo - concebirse asรญ
les aportaba libertad respecto a ataduras mundanas masculinas -.

Sor รngela Marรญa de la Concepciรณn (1649-1690) involucraba directamente a
sus monjas en la escritura. Escribรญa para ellas pensando en ellas, y muestra que su escritura se presentaba inspirada por sus problemas, los problemas de sus hijas. La escritura era un espacio de encuentro entre ellas. Estos escritos son la expresiรณn de una suerte de cadena de hermandad actuante en el mundo religioso femenino, una cadena de sororidad sostenida sobre la admiraciรณn, el respeto
y naturalmente entendida en el marco de los cรณdigos culturales de aquel tiempo y de la realidad monรกstica.
"Todos estos planteamientos nacรญan tambiรฉn de una conciencia y de un sentimiento de dominaciรณn, de la experiencia propia de ser ubicadas en una posiciรณn subordinada respecto a la
direcciรณn de sus conventos; esa conciencia y esa experiencia sin duda la tenรญan las religiosas prioras que hemos mencionado, y de esa misma conciencia nacรญan tambiรฉn las nociones y los รกnimos de sororidad que parecen latentes en sus manifestaciones. Se condensaba en sus palabras un magma que integraba sentimientos y razones, emociones y convicciones femeninas."
รngela Atienza Lรณpez



BIBLIOGRAFIA
  • Atienza Lรณpez, รngela “No pueden ellos ver mejor...”. Autonomรญa, autoridad y sororidad en el gobierno de los claustros femeninos en la Edad Moderna. Arenal: Revista de historia de las mujeres, ISSN1134-6396,Vol. 26, No 1, 2019 (Ejemplar dedicado a: La escritura conventual: camino de experiencia y autoridad femenina en el Mundo Moderno), pรกgs.5-34 
  • Atienza Lรณpez, รngela. Las grietas de la clausura tridentina. Polรฉmicas y limitaciones de las polรญticas de encerramiento de las monjas... Todavรญa con Felipe IV. Hispania: Revista espaรฑola de historia, ISSN 0018-2141, (Ejemplar dedicado a: De reacciones, de tolerancias, de resistencias y de polรฉmicas. Las "grietas" de la Contrarreforma y los lรญmites de disciplinamiento social), pรกgs. 807-834
  • Ferrer-Vidal i Dรญaz del Reguero, M.S. (2020) Santa Eufemia de Cozuelos, el primer monasterio femenino de la Orden Militar de Santiago. (Tesis doctoral) Universidad de Castilla La Mancha. 
  • Calzado Sobrino, M.P. Religiosidad femenina en la edad media. Mujeres en las รณrdenes militares: freilas santiaguistas. Cuadernos Kรณre. Revista de historia y pensamiento de gรฉnero. No 7 (Otoรฑo/Invierno 2012), p. 136-182

Comentarios

  1. Luis Rojas16 diciembre

    Una prueba de la dramรกtica vida que tuvieron las monjas de clausura entre los siglos XVIII y XIX es la conmovedora carta que le mandรณ una de esas monjas al Mariscal Sucre en la naciente Bolivia:

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    [sigue en el siguiente comentario]

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  2. Luis Rojas16 diciembre

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  3. Luis Rojas16 diciembre

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    Tiempos despuรฉs el Mariscal hizo las gestiones correspondientes ante la superiora del convento para dar soluciรณn a este caso, y asรญ ocurriรณ, quedando la monja Inรฉs en libertad.

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  4. Anรณnimo26 septiembre

    En el Capรญtulo V el Concilio de Trento dice:
    "Renovando el santo Concilio la constituciรณn de Bonifacio VIII, que principia: Periculoso; manda a todos los Obispos, poniรฉndoles por testigo la divina justicia, y amenazรกndolos con la maldiciรณn eterna, que procuren con el mayor cuidado restablecer diligentemente la clausura de las monjas en donde estuviere quebrantada, y conservarla donde se observe, en todos los monasterios que les estรฉn sujetos, con su autoridad ordinaria, y en los que no lo estรฉn, con la autoridad de la Sede Apostรณlica; refrenando a los inobedientes, y a los que se opongan, con censuras eclesiรกsticas y otras penas, sin cuidar de ninguna apelaciรณn, e implorando tambiรฉn para esto el auxilio del brazo secular, si fuere necesario. El santo Concilio exhorta a todos los Prรญncipes cristianos, a que presten este auxilio, y obliga a ello a todos los magistrados seculares, so pena de excomuniรณn, que han de incurrir por sรณlo el hecho. Ni sea lรญcito a ninguna monja salir de su monasterio despuรฉs de la profesiรณn, ni aun por breve tiempo, con ningรบn pretexto, a no tener causa legรญtima que el Obispo aprueba: sin que obsten indultos, ni privilegios algunos. Tampoco sea lรญcito a persona alguna, de cualquier linaje, condiciรณn, sexo, o edad que sea, entrar dentro de los claustros del monasterio, so pena de excomuniรณn, que se ha de incurrir por solo el hecho; a no tener licencia por escrito del Obispo o superior. Mas este o el Obispo sรณlo la deben dar en casos necesarios; ni otra persona la pueda dar de modo alguno, aun en vigor de cualquier facultad, o indulto concedido hasta ahora, o que en adelante se conceda. Y por cuanto los monasterios de monjas, fundadas fuera de poblado, estรกn expuestos muchas veces por carecer de toda custodia, a robos y otros insultos de hombres facinerosos; cuiden los Obispos y otros superiores, si les pareciere conveniente, de que se trasladen las monjas desde ellos a otros monasterios nuevos o antiguos, que estรฉn dentro de las ciudades, o lugares bien poblados; invocando tambiรฉn para esto, si fuese necesario, el auxilio del brazo secular. Y obliguen a obedecer con censuras eclesiรกsticas a los que lo impidan, o no obedezcan."

    Habrรญa que indagar la vida de las que no entraban al convento, casadas a los 13 o 14 aรฑos o antes, llenas de hijos y eran muchas las que morรญan de parto, por no hablar de las que carecรญan de recursos y vivรญan en la indigencia, en fin, una รฉpoca oscura y terrible.

    Vida Ascendente Orihuela Alicante

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