¿Es la vida profesional central para los hombres? ¿Y para ti, hombre que lees este artículo? Reflexiona un rato sobre ello…
Por otro lado,¿Es la vida profesional
central para las mujeres? ¿Y para ti, mujer que lees este artículo? Reflexiona
un rato sobre ello…
Por último, ¿Es la vida familiar
central para las mujeres? ¿Y para ti, mujer que lees este artículo? Reflexiona
un rato sobre ello…
Es frecuente escuchar que el problema
tiene que ver con las tareas de cuidados que las mujeres asumimos en nuestras
familias. Sin embargo, no siempre es así. Es un problema asumir y poner el
foco en factores que, de nuevo, responsabilizan a las mujeres por “no asumir” o
“no querer implicarse” suficiente, como si ese puesto de responsabilidad lo
llevara inherentemente asociado.
Este mensaje va seguido de otro
argumento: “el problema viene con que una mujer si tiene que elegir va a
priorizar a la familia y no al trabajo” … y creo que ahí empezamos a hilar más
fino, aunque no por ello el argumento es menos tramposo.
Ambas cosas juegan su papel en dicha
desigualdad, pero no son el factor fundamental, como cuentan en el artículo
mencionado anteriormente. Si así fuera, no habría desigualdad entre hombres y mujeres que no asumen cargas de cuidados y/o no son madres, que las hay. No
veríamos desequilibrios entre hombres y mujeres que están dispuestas a trabajar 24/7,
a viajar cada semana por trabajo o a comportarse de manera masculina.
Sin embargo, a estas mujeres también les
cuesta más obtener puestos de poder que a sus compañeros varones. Dicho de otro
modo: la falta de conciliación es un gran lastre cuando buscamos igualdad de
acceso en trabajos masculinizados y en el mundo laboral en general. Pero
solucionándola NO encontraríamos dicha igualdad de acceso. Ya hay hoy día datos
suficientes de mujeres sin cargas familiares y de hombres con cargas familiares
que demuestran que el problema no es ese. Hay otros muchos factores intrínsecos
a un entorno laboral machista y desigual que no se solucionan cuando atajamos
la situación de la conciliación laboral y la maternidad en mujeres que
trabajan.
Según el artículo de Ely & Padavid
mencionado anteriormente, uno de los problemas en la empresa con la que
estuvieron trabajando durante año y medio para abordar la cuestión de
desigualdad de género en sus puestos de poder, era
la “jornada interminable”, el trabajo 24/7, el estar siempre disponible en
ciertos puestos laborales. Esto molestó a la empresa que quería pensar que el
problema lo tenían ellas y no había cambios estructurales que realizar a nivel
empresarial.
Parece que el problema no va a ser único ni fácil y que no estábamos poniendo el foco en el lugar adecuado.
Démosle la vuelta y sigamos jugando al juego de las preguntas: ¿y si el problema es
que haya señores que siempre elijan (o hablen como si eligieran) el trabajo y
no la familia? ¿Qué opinión os da un señor que siempre que el curro lo requiera
va a buscar la manera de no ir a por sus criaturas al cole? ¿Y uno que tiene a
su padre enfermo y está en el hospital con el ordenador y de llamada en
llamada?.
¿Cuáles son esas tareas no laborales que
consideramos que, si una mujer las deja de hacer, eso la convierte en una mala
mujer? ¿Considerarías que un hombre es un mal hombre si también las deja de
hacer?
Análogamente, ¿cuáles son las tareas
laborales que das por hecho que un señor realizará? ¿Considerarías que es un
mal profesional si deja de hacerlo? ¿Consideras que es una mala mujer una
profesional que deje de hacer esa misma tarea?
Muchas preguntas y pocas respuestas en
este artículo. Y sin embargo estoy convencida de que a veces solo hay que
preguntar y buscar datos para obtener las respuestas más atinadas. Hay que
querer saber para poder llegar a saber. Y para ello es imprescindible poner en
cuestión y permitir que se tambaleen estructuras que hasta ahora estaban
rígidas e impertérritas. Demasiadas situaciones de desigualdad en el día a día
laboral que se resolverían si lxs directivxs y responsables dedicaran/dedicáramos
un rato a analizar nuestros pensamientos y juicios diferenciados según hombres
y mujeres en sus elecciones de vida y sus elecciones laborales. Y si ya, además
de ello lo exteriorizáramos el avance sería mucho más acelerado, y podríamos
hablarlo conjuntamente para poder trabajar contra los estereotipos
realimentándonos entre unas y otros.
El 90 por ciento de las excedencias por cuidados de familiares son solicitadas por mujeres. Un dato que se suma al 77,5% de las mujeres que realizan a diario tareas domésticas, frente al 32,9% de los hombres. A nivel salarial, los hombres ganan de media 5.000 euros más al año que las mujeres, siendo más acuciante este impacto entre los 55 y los 64 años. (datos sacados de aquí)
Ver estos datos puede hacer que tires, y de hecho es habitual tirar del argumento facilongo de la conciliación y la maternidad para culpar a las propias mujeres de no conseguir por ellas mismas reducir el techo de cristal. Deberías poder ser madre y trabajadora a la vez, ¿no? Claro que son factores importantes, pero no son los únicos para hablar de desigualdad. Y estoy convencida de ello entre otros motivos, porque lo he vivido en mis carnes. Porque durante muchos años he dejado en segundo lugar mi vida personal y me he centrado en lo laboral. Y una y otra vez me he chocado con diversos muros, diversas trabas en forma de trabajos trampa, falta de credibilidad, falta de concesión de autoridad, de efecto Matilda, de sexualización… por suerte el feminismo y las compañeras me abrieron los ojos y dejé de pensar que era mi problema.
La desigualdad de género existente en el
ámbito laboral tiene muchos factores asociados. En este estudio de Forética
numeran algunos de ellos:
Imagen recogida de aquí |
No es casualidad que haya dejado el
motivo de la conciliación laboral y personal para el final de esta lista de
artículos que hablan de las complicaciones de las mujeres en puestos
masculinizados. Porque cuando apliquemos medidas para atajar la disparidad en
la conciliación entre hombres y mujeres seguiremos encontrando otras muchas
cuestiones que siguen desequilibrando la balanza. Y si eres mujer y decides no
tener descendencia o no por ahora, también te encontrarás con estas “piedras en
el camino” de tu desarrollo profesional.
Mientras tanto, me declaro IMPOSTORA.
Artículo financiado por el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha 2022.
Comentarios
Publicar un comentario
Los comentarios enriquecen el contenido de esta revista. Te agradecemos tu participación