“Cuéntame Otro Cuento” presenta su proyecto en el I Congreso Internacional de Perspectiva de Género y Didáctica de las Lenguas

Nuestras compañeras de la sección Cuéntame Otro Cuento, Olga y María, han asistido esta semana al  I Congreso Internacional de Perspectiva de Género y Didáctica de las Lenguas que se ha celebrado en la Facultad de Educación de Albacete. El objetivo de las jornadas ha sido poner en común diversos estudios y trabajos que parten del principio, incuestionable, de que la educación es una base y bastión fundamental para lograr la igualdad no solo en las aulas, sino también fuera de ellas. Con este objetivo y durante dos días, investigadoras y docentes de varios puntos del país han compartido proyectos que giran en torno a la inclusión (o no) de la perspectiva de género en la didáctica de las lenguas extranjeras (español, inglés y francés) en todos los niveles educativos.



El trabajo de nuestras compañeras es la parte preliminar de su sección Cuéntame Otro Cuento, con el título “Análisis de la realidad coeducativa en materiales y profesorado del 1er ciclo de EP”. Con este proyecto, están llevando a cabo un análisis de la realidad en los centros educativos de CLM, centrándose en el material didáctico empleado en el aula (física y virtual) y en las actitudes y formación del profesorado en torno a la perspectiva de género y a la aparición, más o menos reciente, de la figura responsable de coeducación que, según marca la LOMLOE, han pasado de ser una necesidad a una obligación.

Las conclusiones de la presentación y del congreso han sido comunes y, a la par, esperanzadoras pero preocupantes. Preocupantes porque los resultados de muchas investigaciones, como la de nuestras compañeras, muestra que, a pesar de que se observa un intento por parte de editoriales y docentes de ir en línea con la perspectiva de género, reduciendo estereotipos, ampliando el abanico de inclusión social e impulsado el análisis del patriarcado, cabe preguntarse si este intento es motivado por la creencia real en la igualdad, o por un deseo de estar “a la moda” o ponerse la medalla de ser el manual “más inclusivo”. Además, se siguen viendo pautas heteronormativas y estereotípicas (como el uso del color rosa, las faldas, los coloretes y las pestañas para niñas, juguetes como robots, aviones y acción en general para niños, familias tradicionales y nula inclusión de la realidad familiar del s. XXI, cuerpos no normativos excluidos de las páginas…) y, por último, hay una parte esencial que sigue generando reticencia no solo en la sociedad en general sino entre el profesorado en formación: el lenguaje inclusivo y la motivación de nombrar y, por tanto, reconocer la existencia de todas las personas. Aun así, hay una parte esperanzadora, como decíamos, y es el saber que hay una comunidad de docentes e investigadoras que están realizando un enorme trabajo de campo para seguir avanzando y luchando por conseguir la igualdad desde el aula, una red que cada vez se forja más fuerte y que tiende puentes a colaborar para ese fin común. Y, en palabras de Eulalia Lledó, que no nos podemos olvidar de algo muy importante: “que el alumnado aprende lo que se le enseña”. Enseñemos, pues, en igualdad.


Nos dejan con una reflexión final: a pesar de los cambios que estemos viendo y de los que podamos presumir, aún queda mucho por hacer desde la base, la raíz, o el origen de todo: la educación, que será feminista, o no será. 

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